Del evangelio de san Mateo 18,3

Os aseguro que si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de la cielos”.

RESPUESTA A LA PALABRA

Ser niño es saberse necesitado,
es ser hijo que busca en el padre su propia seguridad.

Cuando un niño se despierta por la noche
y se ve solo ,
enseguida llama a sus padres,
sólo con la presencia de éstos
se calma su ansiedad y su miedo. 

Con los años llega la autonomía
y, con ella, el poder prescindir
de quien le ha dado la vida y la posibilidad de ser. 

Jesús, que sabe de esta realidad humana
en la que el hijo, llevado por la suficiencia,
puede prescindir del padre,
nos dice que hacerse adulto
no lleva aparejado negar la realidad que le precede.

El hijo siempre lo será, si sabe ver al Padre
con el amor con el que él le amó primero.
Reconocer al Padre  no menoscaba para nada
la propia autonomía y la libertad responsable.

El ejemplo lo encontramos en Jesús,
que siendo el hombre perfecto,
su referencia principal es su Padre,
su realidad más profunda es ser Hijo,
su relación afectiva la del que todo lo espera de Él.
En el colmo de su ternura le llamará “Abba” -Papaíto-

Señor Jesús,
que mirándote a ti aprendamos a ser adultos
sin olvidar en ningún momento
quienes somos.
Intercede al Padre
para que nos dé el auténtico espíritu de infancia,
que nos lleve a vivir la plena confianza en Él