La amistad que nos une

La nostalgia de una buena
conversación
me lleva a pensar en mi amigo.

Todo está
en que pueda venir,
ya que para mí es imposible
llegarme hasta él.

Nuestros pensamientos
se cruzan como el vuelo
de las golondrinas
que raudas se desplazan
se cruzan una y otra vez
en el aire
sin llegar a toparse.

Quizá se encuentre leyendo
o haya salido de paseo
al campo
ya que tiene unos días
de descanso en su trabajo.

Me propongo contemplar
el cielo y la tierra
iniciar su  reposo.

Me acomodo en el jardincillo
que bordea la casa
lleno de paz y tranquilidad.
Se me aguzan los sentidos,
la visión y el sonido
hacen que mi corazón
perciba la belleza de la tarde
como un regalo a mi fidelidad
a toda la vida expresada
sin ánimo alguno.

En el silencio que me rodea
percibo que no es preciso
que venga
para sentir en mis adentros
acrecentada
la amistad que nos une.