Del evangelio de san Lucas (6,36)

Dijo Jesús a sus discípulos:
“Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”

 

RESPUESTA A LA PALABRA

Jesús nos dice:
Sed lo que debéis ser,
porque cuando el Padre os llamó a la existencia
selló vuestro corazón con nuestra propia imagen,
y por su amor os hizo semejantes a Mí.

No es de extrañar, Señor,
que el Padre quiera contemplar su obra acabada.

Para que así sea,
danos Tú el espíritu de hijos
que el pecado nos ha hecho olvidar,
cura nuestra debilidad
para que de nuestro corazón
brote el amor,
como brota del tuyo.

 

De los escritos de San Bernardo (1)

¿Dónde podrá hallar nuestra debilidad un descanso seguro y tranquilo, sino en las llagas del Salvador?. Él, en efecto, fue traspasado por nuestras rebeliones. ¿Qué hay tan mortífero que no haya sido destruido por la muerte de Cristo? Por esto, si me acuerdo que tengo a mano un remedio tan poderoso y eficaz, ya no me atemoriza ninguna dolencia, por maligna que sea