Del evangelio de san Juan

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
La Palabra en el principio estaba junto a Dios.
Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho.
Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo:
Éste es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.”»
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer. (1,1ss)

RESPUSTA A LA PALABRA

En el principio era Dios
y en el corazón de Dios
su única  Palabra:
El Hijo amado
que, humanado,
acercará a Dios
a todos los hombres huidos
desde los albores de la historia.

Jesús, el Cristo,
Hijo Eterno,
consustancial al Padre,
Hombre con los hombres,
Gracia salvadora hecha carne
de nuestra propia carne,
por la que Dios Invisible
se deja ver, oír y tocar
en el Amor de todo amor,
siempre has sido, eres y serás
nuestro único Señor.

Juan da testimonio de ti y grita:
Éste es de quien dije:
“El que viene detrás de mí
pasa delante de mí,
porque existía antes que yo”.