Belén-Tierra de Pan
que en la memoria de los “pequeños” de tu Pueblo
has permanecido como luz imperecedera
siempre que las sombras de la historia
cargaron sobre tus hijos.
Cerca de ti descansa Raquel
a bien-amada de Jacob-Israel
la que diera la vida a José su hijo más querido
odiado de sus hermanos
a los que nunca dejó de amar
salvándoles de la muerte
cuando la hambruna barrió su tierra.
A tus puertas
llamó Rut la maobita cuya fidelidad
cantan las Escrituras Santas y
que a pesar de su extranjería
el amor la llevó a ser la abuela de David
el pequeño pastor a quien por mandato de Dios
Samuel ungiera como el gran Rey de su Pueblo.
David frágil y fuerte, pastor y rey
cuyo amor de su Señor se canta:
“Buscó Dios un corazón semejante al suyo y encontró a David”.
Belén Tierra de Pan
olvidada por los hombres por pequeña
recordada siempre en la memoria de Dios
preparada pobre para acogerlo a Él
cuando madurase el tiempo.
Será alguien de su estirpe
María, la esposa de José
quien vuelva un día al solar de sus mayores
para alumbrar al prometido y esperado
al Primogénito de toda criatura.
Belén-Tierra de Pan, elegida por pequeña
para ser grande.
Abierta a todo aquel que se acerca ti.
Abierta y acogedora.
Presente en el designio de Dios
para ser Tierra del Pan
para ser Tierra-Bendita
para ser Cuna del Mundo
en la que reposara por vez primera
“Dios-con-nosotros”
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