Peina el viento
los árboles de la calle.
Hace calor.
Esta mañana, en la ciudad,
el ambiente era asfixiante.
Solemne quietud,
la de la tarde,
que muere en silencio.
Los pájaros se recogen,
en el árbol frondoso del jardín,
para pasar la noche.
Mi mirada
vaga flotando
como nube rezagada.
Placer de pobres y de niños.
Agradecido,
pienso en los amigos,
de los que he tenido noticias,
muy especialmente, de Julián y Mayte.
Gotea la noche
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