La falta de ambición
es el color de sus días,
el afán consagrado a la verdad
su belleza.

n gesto de sentido
fluye imperceptible de su alma,
haciendo de las nadas,
manchadas de egoísmo,
lugar de encuentro con el todo
que le habita

No sabe o no quiere protegerse
del vulgar utilitarismo,
de cuantos viven enmarcados
en esquemas fabricados
por una sociedad sin alma

Su devenir en soledad le aturde,
la ausencia de presencias correspondidas
le duele.

Mientras su alma busca, más allá de las cosas,
sus días enflaquecen entretenidos
en múltiples bagatelas

Un silencio empapado de significado
recorre su sangre.
Una gota de luz resbala por su mejilla.

En la sordina del trasiego de sus días
la bondad gravita sobre el esfuerzo.

Es tiempo de gracia.