La tarde ha pasado con rapidez.
La visita de Antonio la ha colmado
de verdad y belleza.

La conversación, con mi amigo,
ha sido completísima, acertada y bella.
La situación cultural y social,
que vivimos ahora,
dista mucho de ser la que viviéramos
hace unos años.

Los adolescentes y jóvenes de hoy,
no tienen en cuenta la procedencia
de toda persona,
ni el reto al que estamos llamados
para construir un mundo mejor.

Poco o nada saben del ambiente
en el que nosotros vivimos felices y
con un futuro halagüeño, por delante.

Después me he ido a pasear
de la mano de la hermana naturaleza.

Despegándose de la sierra,
como un círculo de plata, asciende la luna blanca,
mientras el sol anaranjado,
envuelto en nubes violáceas
agoniza lentamente

Las sombras van cubriendo la tierra.
Todo rezuma  serenidad.

En los árboles, los pájaros, permanecen callados,
hasta que los primeros albores de la aurora
los despierten,

Duermen en paz los olivos.
La luna arranca tonos azulados y grises
de sus hojas.