Silencio en el cristal de la tarde.

El dolor revela que estoy vivo.

Un ruido sordo,
como trueno lejano,
estremece mi corazón.

Un dolor despierta otro.
Una sombra de duda,
oscurece
la verdad necesaria
para que el amor se exprese

No hay distancias para el que ama,
ni tiempo,
ni criterios convencionales.

Inespacial es el amor,
ámbito del alma enamorada,
receptáculo abierto
en el que se entraña
todo deseo de felicidad.

¿Quién sabe de la belleza del amor,
sino quien ama?

Tiene su ritmo el amor.
Sí, tiene su ritmo.
Cadencias sobrevenidas
de experiencias pasadas;
por las que el alma vive,
en un sin vivir,
hasta alcanzar sus anhelos.

Cada cual responde
a la mirada del Amor
desde su propia percepción,
dificultando el encuentro
con la verdad del mismo.

El punto de luz,
que de ese Amor naciera,
se estrella en el fondo
de la mente, entretenida
por la fiebre de las cosas.

No queda sino esperar.
El amor tiene su ritmo.

La fuente del amor
mana en silencio.

Dejemos que fluya,
hasta que impregne
los arrabales, en sombras,
en donde el alma
se encuentra entretenida.