Las sombras se han apoderado de la tarde.
Un día más en mi haber.

Regreso de dar un paseo,
en el que he pensado, que en mi vida,
no he perdido el tiempo que se me ha concedido
y que me queda todavía un trecho por hacer.
La vida regalada ha sido para mí una bendición.

Cuando pienso en el camino recorrido
lo contemplo con agrado.
Si echo cuentas, si se puede hablar así,
los frutos han sido abundantes
No he acabado mi vida y me complace lo vivido,
en medio de tanta belleza
que emana de la hermana naturaleza.

Desde mi ventana contemplo la tarde,
en la que parece que el sol se ha detenido,
el viento y las nubes oscuras que gravitan
sobre el horizonte
anuncian mal tiempo.
Las nubes cargadas de agua esperan
a que el viento las empuje.

Un anciano apresura el paso.

Es el tiempo para que lo pájaros callen
y brille la luz de las  luciérnagas.