He vuelto al pueblo
En el que pasara mi infancia y,
entre muchas y confusas sensaciones,
pretendo acercarme a los lugares
que serían, para mí,
referencias en mi vida.

Sin querer ser visto,
voy pisando sombras
en las calles desiertas.

No deseo que alguien reconozca
en este cuerpo cansado y
envejecido de ahora,
en este andar pausado,
aquel fulgor
de los dieciséis años,
cuando me comenzaba
a salir la barba.

Caminando, me esfuerzo en recordar
el ambiente sosegado de entonces,
en visualizar el color de las paredes;
todo va despertando en la memoria:
árboles, plantas, rejas,
ventanas veladas con visillos,
y en silencio se van precipitando
en mi sueño.

El deseo de reencontrarme
me arrastra al pasado,
pero el pensamiento no hace posible
que, otra vez, camine
por aquellas calles y plazas,
que entonces no contemplara,
y ahora me alegran,
cuando veo fotografías de aquel tiempo