Aliento de la vida es la poesía.
Don de Dios que alegra la miseria humana,
árbol florido, voz del alma,
sabiduría imperecedera y universal,
que alcanza a todas las personas.
La voz de los poetas nos hace
tomar conciencia
del don inmenso de la vida,
de la belleza de las flores,
del dulce canto de la aves,
y a celebrar la vida inacabada
De edad en edad nos llega
el mensaje de nuestros antepasados:
“No acabarán hoy tus flores
ni cesarán los cantos”.
Palabras tan sabias no morirán,
mientras que perduren en tu mente y
brillen en tu corazón.
Las palabras e ideas que vives con gozo
vuelan en el tiempo y en el espacio,
como pájaros, y se alargan
de generación en generación,
como el viento que no conoce fronteras.
No terminarán tus cantos
ni a la flores le abandonará la belleza.
El saber de nuestros mayores,
nos anima a transmitir
el canto de la naturaleza,
sus colores y sus aromas,
convencidos de su bondad.
Dice el Autillo a sus amistades:
Resuene vuestro cantar,
agitar los cascabeles
y poneros a bailar
al son de la estrellas.
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