El viaje más largo
es el viaje al interior,
donde lo vivido nos indica
las sucesivas etapas
del camino que nos aguarda,
y está a la espera
de que lo recorramos.

La vida inacabada aguarda
nuestras pequeñas o grandes decisiones
que avalen el regalo de la vida.

Si por un lado,
no nos está permitido escoger
el marco de nuestro destino,
por otro está la responsabilidad,
en cada uno,
de lo que colocamos dentro de él.

En mi interior, susurra una callada voz:
Mantén despierto el aliciente
de llegar más lejos.

Nuestra voluntad de vivir
sólo sobrevive
mientras deseamos completar
el camino iniciado,
alcanzar los deseos
que sentimos como posibles.

Por mi parte,
los deseos y la necesidad
de caminar más lejos y más alto
están vivos, con la esperanza
de que me dejen llevarlos a cabo