Horas de silencio.
Sosegado nocturno.

Un punto de luz dibuja,
en el aíre, una palabra.

De las sombras
nace una pregunta:
¿De quién es esa palabra?

Tintineo de cristal.
Sólo un silencio de asombro.

Las sombras susurran:
-“al menos decidnos que dice”.

Unas alas de viento
acallan las voces.

Sonrisa invisible,
bisbiseo de brisa

La palabra es:
“silencio”

En otro lugar,
un amigo reza y
escribe un email:
“Descansa, descansa, descansa”