Los atardeceres se alargan y
el ambiente es de primavera avanzada.
Camino despacio, hacia el oeste
con el sol de cara; es hora de volver.
Sobre la mesa del despacho
me aguarda un folio en blanco,
en donde anotar lo sucedido hoy.
Deseo hundirme en la silenciosa noche,
para pulsar el acontecer de este día,
que ha sido rico en imprevistos
El silencio, transubstancia la vida,
desvelando la verdad que se esconde,
en el misterio del amor,
la realidad profunda de toda relación,
y nos permite tocar lo que no podemos ver,
embriagados de luz invisible.
El sol enrojecido, muere despacio.
La luna voladora aparece
sobre la copa de los robles.
Mañana, el sol disparará sus rayos,
ahuyentando las sombras de la noche.
Esta noche una preocupación me embarga la razón.
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