Una bandada de jilgueros
ha entrado en jardín
dibujando la tarde
con sus vuelos apresurados
iluminando la tarde con sus colores.
Barrunto días largos
y tardes soleadas.
Música y luz invisibles
vida contrapunteada:
placer de niños grandes,
que vueltos a la vida,
contemplamos el ser de las cosas
en la simplicidad que se nos dan.
Sentado, a la caída de la tarde,
con la carne abierta desde dentro,
escucho el canto de los pájaros
que alegran la flor de los almendros
y hace de mi alma,
espacio abierto, lugar sosegado,
tiempo de encuentro,
de amores dormidos en el frío del invierno.
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