Del Evangelio de San Mateo (5,23-24)

Jesús les dijo: “Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra Ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda”

 

RESPUESTA A LA PALABRA

Señor, tu invitación al perdón
es fruto de tu misericordia con nosotros.
Ser perdonados,
perdonar,
reconciliarse con el hermano,
es camino de la paz.

¿Cómo participar de la misma mesa,
comer del mismo pan,
sin mirarse a los ojos y dejar que hable el corazón?

Señor, que tu palabra la hagamos vida,
así crecerá tu amor en nosotros
y la fraternidad será más que un deseo.

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De Diadoco de Foticé, obispo, sobre la perfección espiritual (4)

Por esto, dice el Apóstol: No apaguéis el Espíritu, esto es, no entristezcáis al Espíritu Santo con vuestras malas obras y pensamientos, no sea que deje de ayudaros con su luz. No es que nosotros podamos extinguir lo que hay de eterno y vivificante en el Espíritu Santo, pero sí que al contristarlo, es decir, al ocasionar este alejamiento entre él y nosotros, queda nuestra mente privada de su luz y envuelta en tinieblas.