Del evangelio de san Marcos 12,30)

Jesús les respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”.

 

RESPUESTA A LA PALABRA

Tú, Señor, nos has enseñado lo que es amar.
Hasta dónde puede llegar el amor.

Amar sin condiciones es lo propio del Padre,
por eso te dio a nosotros
y Tú, siguiendo su forma de ser,
nos entregaste tu palabra,
tu experiencia del Padre,
tu vida
y, en el colmo del asombro,
en tu muerte nos entregaste tu Espíritu.

Gracias, Señor, porque nos has amado,
con todo lo que eres,
tal y como somos.

 

De san Ambrosio, obispo. “Abre tu boca a la palabra de Dios”

En todo momento, tu corazón y tu boca deben meditar la sabiduría, y tu lengua proclamar la justicia, siempre debes llevar en el corazón la ley de tu Dios. Por esto, te dice la Escritura. Hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado. Hablemos, pues, del Señor Jesús, porque él es la sabiduría, él es la palabra, y Palabra de Dios.

Porque también está escrito: Abre tu boca a la palabra de Dios. Por él anhela quien repite sus palabras y las medita en su interior. Hablemos siempre de él. Si hablamos de sabiduría, él es la sabiduría; si de virtud, él es la virtud; si de justicia, él es la justicia; si de paz, él es la paz; si de la verdad, de la vida, de la redención, él es todo esto.